Hace tan sólo unos días nos sorprendía How Wheels con unos niños gigantes que nos hacían sentirnos como un coche de juguete. Ahora vuelve a ser protagonista en este blog con una acción que posee el mismo eje comunicativo que el anterior: hacer de la carretera el propio circuito Hot Wheels, transformando la realidad en el propio juguete.
Colocando una gigantesca y estudiada estructura que simula la bestial curva de un circuito logran impactar a todos los conductores y ocupantes del vehículo, tanto niños como adultos.
De nuevo, hay que quitarse el sombrero ante HotWheels.
Visto gracias a Frederik Samuel