La publicidad engañosa agita a la opinión pública chilena

El edificio Alto Río, es, bueno mejor hay que decir, era, un complejo de apartamentos de más de diez pisos que se había levantado en el centro de Concepción, algún tiempo antes de que el último terremoto de Chile arrasara esa población. El Alto Río, como otros, sucumbió a la acción de las vibraciones de la tierra.

Hasta ahí todo normal, dentro de lo que puede generar una desgracia natural como esa.

Todo, si no fuera porque los apartamentos del Alto Río fueron vendidos a sus compradoras como un edificio que reunía todas las condiciones de seguridad necesarias para resistir un terremoto. En un país, que, como ha demostrado el último seísmo de finales de febrero de 2010, los movimientos sísmicos son un riesgo verdadero.

Las medidas que promueven la protección pasiva de los edificios son en Chile una condición que lleva a muchos compradores de viviendas a decidirse por los que cuentan con ellas. Como sucedió en este caso.

El Alto Río no reunía las medidas contra seísmos que aseguraba la campaña publicitaria. Nunca las tuvo. Se trató por tanto de una publicidad engañosa.

Reproduzco aquí dos vídeos, uno del spot publicitario de la compañía constructora en el que mostraba las calidades y las condiciones de seguridad de la construcción y otro, la grabación del rescate de los cuarenta vecinos que resultaron atrapados en el inmueble y que fue registrada por los servicios de bomberos chilenos de la ciudad de Concepción.

La publicidad engañosa agita a la opinión pública chilena.