Todos recordamos esta famosa frase de Luis Moya. La aseguradora Lagun Aro ha decidido utilizar aquel momento por todos conocido para anunciar su buen servicio.
Creatividad y uso de prescriptores se unen en un anuncio que provocan una sonrisa en el receptor. En mi opinión, un excelente trabajo.
Visto en Los mejores anuncios de televisión