IKEA debe parte de su fama, además de sus precios gancho económicos, a la campaña potenciada inicialmente por empresas de la competencia en la que se criticaba sus productos por la dificultad de montaje.
La empresa sueca ha reaccionado de manera muy inteligente al no sólo reconocer este inconveniente de sus productos, sino yendo más allá y haciendo campañas en los que promueve cómo solucionarlo.
El resultado es una divertida campaña gráfica que consigue que el consumidor de IKEA reciba un mensaje con una predisposición positiva con el que además se va a sentir altamente identificado.
En definitiva, una forma muy acertada de reconocer un error (la dificultad del montaje propio) y aportar al mismo tiempo una solución. ¿Qué mejor manera de decirle al receptor que se preocupan de su satisfacción?
La he visto gracias a Frederik Samuel