Algo de lo que llevan muchísimo tiempo tratando de concienciar a las mujeres es de lo importante que son las revisiones periódicas, tanto por parte del médico como de ellas mismas, para la detección de un cáncer de mama. Y es que a pesar de que es más fácil mirar a otro lado y querer pensar que es algo por lo que no nos tocará pasar no hace que nuestras posibilidades de riesgo sean menor, sino que más bien provoca todo lo contrario: una falsa esperanza y un desarrollo de la enfermedad.
Con el objetivo de luchar contra esta idea tan difundida se repartieron más de 50.000 bolas antiestrés entre los viandantes, con la sorpresa de que al presionarla se podía notar un bulto duro en su interior. El mensaje, por tanto, se centra en conseguir concienciar a las mujeres de lo importante que es que ellas mismas se hagan revisiones mensuales para localizar a tiempo un posible tumor.
Una acción de guerrilla altamente creativa que seguramente se vería altamente reforzada gracias al efecto boca-oreja, algo muy beneficioso desde un punto de vista comunicativo que sólo sucede en dos ocasiones: en campañas increíblemente buenas o en campañas increíblemente malas. Por fortuna, en esta ocasión nos encontramos en el primer caso.
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