Inspiradas en las sandalias de un dedo japonesas zori, la fabrica de Havaianas comenzó a producir en 1962 su versión brasileña con un gran diferencial: la goma. De esta manera, nacía un producto durable, confortable y muy barbato. Esto sumado a un trabajo minucioso de branding, se consiguió una marca con una mística y un encanto particular.
Los marketineros también lograron trasladar el concepto moda a las sandalias, algo hasta entonces inusual. Desenfado, locura y explosión de color, la vía pública es un claro ejemplo del espíritu de las sandalias brasileñas Havaianas.