En Briefblog pude ver hace unos días una campaña para publicitar la comida japonesa un tanto curiosa. Bajo el slogan «No se puede odiar todo», se desarrollaron unas gráficas tan atractivas como conflictivas.
Como he dicho antes, el trabajo artístico creo que es genial, tratando las imágenes como si se trataran antiguas obras de arte. Sin embargo, el hecho de utilizar a los personajes seleccionados creo que ya no es tan acertada. Entiendo el mensaje: hasta estos individuos que lo odiaban todo no pueden resistirse a la comida japonesa Chopstix. Sin embargo, creo que se han dejado de lado un pequeño detalle que es precisamente el odio que hacia ellos existe en nuestra sociedad, incluso en la actualidad.
Estoy segura que esta campaña va a despertar opiniones muy buenas y otras muy malas, pero no va a dejar indiferente. ¿Es un objetivo de la publicidad el que hablen de ti, ya sea para bien o para mal?