Resulta peligroso, tratar de vender un producto, sin apenas mostrarlo durante el anuncio. El índice de recuerdo de la marca suele ser bastante bajo y se acaba entreteniendo al público, pero no se obtienen los objetivos comerciales deseados.
En este caso, se trata de un anuncio de 50 segundos, en los que el coche en cuestión, el Skoda Superb Combi, solo se muestra durante los últimos 5 segundos. En los 45 primeros segundos, nos deleitamos con un señor, que toca una bonita música con copas de agua.
Es cierto que los Skoda nunca se distinguieron por su atractivo diseño, pero eso no es motivo suficiente como para evitar mostrar el coche en el anuncio.
Quizás los creativos de la agencia Leagas Delaney de Hamburgo hayan disfrutado mucho mientras hacían su trabajo y, de hecho les ha quedado un anuncio precioso. De lo que dudo seriamente, es de la efectividad de la campaña.