Aquí tenemos un claro ejemplo de que la publicidad está solo a un pequeño paso del cine. En esta ocasión se trata de un spot de Bridgestone en el que se muestra una situación que podríamos describir dramática-cómica-inesperada y que, lógicamente, es salvada gracias a esta marca de neumáticos.
Resulta un spot divertido por su originalidad (a lo que ayuda, como no, los efectos especiales) y bastante atractivo. Sin embargo, y la verdad es que no sé por qué, me da la sensación de que se trata de uno de esos grandes anuncios que acaba comiéndose a la marca (el temido efecto vampiro) además de aburrir tras ser visto un par de veces.
Visto en Publiartistas