¿Quien no ha visto los anuncios de las promociones de Bancaja?. Creo que todos los tenemos en la memoria, y eso es porque son un dechado de buen hacer publicitario. ¡Ah! ¿que no te acuerdas?, no me lo creo …
Primero tuvimos uno simpatiquísimo de las gemelas, en el que el ciudadano tomaba la revancha al trato que le suelen dar los bancos, ¡genial!. Yo creo que todos nos vimos reflejados en el anuncio, una apuesta por devolver el poder al cliente, y poner al banco en su sitio, algo digno de alabar en un banco precisamente.
De gran imaginación también el de jóvenes emprendedores, ese que los pobres padres sufrían que su hijo les tuviera la casa hecha una jungla tropical. Esto, que parece una broma no lo es ni mucho menos, porque últimamente (bueno, casi siempre) los bancos parecen solo «vender» dinero al que no lo necesita, a empresas consolidadas donde no hay riesgo alguno. Vamos, que todos los riesgos los asumimos tu y yo. Una apuesta como la de esta campaña es digna de mención.
Y ¿que decir de esa pequeña obra maestra con Bud Spencer repartiendo a diestro y siniestro?, otra muestra más de que es el cliente quien debe elegir y negociar con los bancos, no ir como si les debiéramos la vida en vez de a ver quien nos ofrece un mejor producto. En este caso, y debiera ser siempre, es el cliente quien tiene el derecho a reclamar el cumplimiento de unas condiciones favorables, que le sea rentable trabajar con su banco, en este caso Bancaja.
A veces no nos damos cuenta, pero detrás de la publicidad hay grandes empresas y mejores formas de vender, estos son unos grandes ejemplos.