Tras la polémica que se desató días atrás en la cual se acusa a MacDonalds de usar productos químicos para sus carnes, las cuales no serían aptas para el consumo humano, la compañía toma las riendas del asunto y vuelve a apostar por la naturalidad en su nueva campaña de publicidad.
Las firmas de restaurantes de comida rápida jamás han afirmado que no utilicen productos de calidad cuanto menos cuestionable. Al menos de cara a los controles que pasan. Pero cuando toca la hora de pasar a la publicidad, parece que MacDonalds y las demás franquicias en realidad son las afiliadas a las granjas y las que apuestan siempre por lo más natural del campo para hacer sus productos, algo que sabemos, y ahora más que nunca que no es real. Aunque claro, más vale confiar en aquella cita célebre de que una mentira repetida cien veces se convierte en verdad y en el hecho de que está buena, que dar demasiadas explicaciones sobre las denuncias que florecen en todo el mundo.
Así, para no perder esa línea a la que nos hemos acostumbrado, en este caso MacDonalds insiste en la naturalidad de sus productos en su spot para U.K, y aunque no hay nada de nuevo en su anuncio, lo cierto es que que los niños sean protagonistas refuerza la tesis de que la posibilidad de que la carne no sea de calidad queda desmentida. Y la verdad es que yo me resisto a creer que la audiencia se crea algo así tan fácilmente.
Yo sigo yendo a MacDonalds, pero eso no implica que no sepa que la comida que me pido allí sé que no es de la calidad más óptima al igual que sucede en otras franquicias multinacionales que producen sus productos en masa y con ingredientes que aunque la publicidad lo intente, son poco naturales.
