Algo muy criticado en publicidad es su capacidad de hacer pensar al consumidor que adquirir una determinada marca u otra le dotará de unas características especiales ante los demás.
Siempre he pensado que este razonamiento es erróneo ya que cualquier persona es consciente de que la publicidad es, en muchas ocasiones, pura ficción y, como seres racionales, somos nosotros los que decidimos hasta qué punto queremos creernos esa «historia» que nos cuenta.
En Briefblog he visto una campaña gráfica para Mitsubishi en la que aprovechan esta idea para comunicar como adquirir un coche de esta marca potencia lo atractivo de cada uno de nosotros. Una ficción transmitida en tono humorístico que permite una predisposicón positiva del lector al mensaje.
