Lo cierto es que las máquinas de café se han puesto muy de moda. Pero la moda, y el alto coste de las cápsulas ha hecho que sean muchos los que se han pasado a las marcas blancas. Y las grandes marcas, no pueden permitírselo. Así Nescafé plantea que sus cápsulas, en sus distintas variedades suponen cambiar el día a día como un nuevo reto. Así, la publicidad empieza a dar valor añadido a una marca y aun producto que empezaba a perder protagonismo en el mercado. Un hecho que hacen las grandes marcas, una vez el producto ya es concoido por la audiencia y que le falta ese empuje que le hace interesante.