Increíble este trabajo desarrollado para Volkswagen en forma de divertido spot publicitario. Antes de comentar nada, vale la pena verlo.
En este anuncio se vincula la marca con emociones y sentimientos positivos para el receptor relacionados con la familia y la ilusión de un niño. Todo ello envuelto en toque de humor que aún crea un vínculo más fuerte entre receptor y anuncio.
Un trabajo genial, del cual sólo me asusta un aspecto. Cuando un spot obtiene un resultado creativo y de producción tan bueno, puede suceder que el público hable del anuncio pero no del producto anunciado, llegando incluso a no recordar la marca que se haya detrás de la publicidad. Es el conocido «efecto vampiro«. ¿Le sucederá esto a Volkswagen?
Visto gracias a Frederik Samuel