En Zurich se ha llevado a cabo para Unicef una campaña que sorprende por la implicación que logra c on el público, en concreto en este caso, con el viandante y posible víctima. El objetivo de esta acción es concienciar sobre el riesgo que implica las miles de minas antipersonas que siguen repartidas y escondidas en distintas zonas, de ahí que aún sea más importante lograr una implicación, despertando así no tanto el sentimiento de tragedia pero sí el de identificación con las posibles víctimas.
Todo esto se consigue de una forma muy sencilla. Se dejaron por la calle diversos minas impresas en cuya cara superior, la que quedaba visible, se imitaba el suelo sobre el que se ubicaba, de forma que quedaban completamente camufladas. Esa misma cara era adhesiva, de forma que al pisarla se quedaba adherida al zapato del viandante. De esta forma, provocaron varios «heridos» ficticios despertando, como he dicho anteriormente, un posible sentimiento de unión con las vícitmas reales.
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