Siguiendo con su línea comunicativa basada en la idea de que nada es imposible, Adidas instaló en una atracción de grandes dimensiones de Viena nada más y nada menos que la representación de un descomunal portero de 8 brazos.
Es increíble los esfuerzos de Adidas (tanto creativos como económicos) para demostrar que es cierto su lema de Impossible is Nothing. Con esta acción el impacto en el público es indescriptible y el boca-oreja, seguramente, interminable (incluso sobrevivirá a la retirada de esta acción publicitaria).
Visto gracias a Ad of da Month