Dentro de dos semanas, el 27 de febrero, se celebrará la gala de los Oscar y sabremos quiénes pasan a ese grupo de elegidos que pueden permitirse el decir que tienen ese galardón en su haber, si no el más prestigioso sí el más conocido para el gran público. Los galardones a Natalie Portman por Cisne negro y a Colin Firth por El discurso del rey parecen algo obvio, pero en los premios Oscar nunca se sabe, pues no sería el primer año en el que las categorías correspondientes a los actores secundarios y la película en lengua extranjera nos dan una sorpresa.
La incertidumbre, más que la sorpresa, es que la todo el mundo tiene ante los presentadores de este año, Anne Hathaway y James Franco. Después de múltiples galas en las que se optó por el humor, desde el ya casi clásico Billy Cristal a Whoppi Goldberg o Steve Martin, pasando estrellas televisivas estadounidenses como el fallido David Letterman o Ellen DeGeneres, el año pasado se hizo una elección arriesgada: Hugh Jackman. Una elección que sorprendió a todos antes y después de la gala, pues se fue desde la duda inicial hasta la admiración posterior por la versatilidad, simpatía y soltura con que condujo la ceremonia el actor australiano.
Veremos qué ocurre este año con esta pareja tan guapa, aunque lo que es seguro es que no causará tantos quebraderos de cabeza como Ricky Gervais en los Globos de Oro.
