Hemos vivido una época de saturación publicitaria en televisión, a pesar de las altas inversiones para los anunciantes que ello suponía. Desde sus inicios se le ha considerado el medio publicitario por excelencia (recordemos el clásico «anunciado en televisión») ya que aunaba imagen, movimiento y sonido todo en uno.
Sin embargo, hubo un grave consecuencia de esta saturación publicitaria y de los cortes de más de 10 minutos: el zapping. De esta forma los spots publicitarios ya no eran vistos, sino que el público aprovechaba esos largos descansos para ver qué hacían en otros canales de televisión.
La reacción de las televisiones, tardía en mi opinión, ante esta situación (y ante la competencia de los nuevos medios, claro está) ha sido el promocionar momentos del día en los que no hay cortes publicitarios o cadenas en las que el tiempo dedicado a la publicidad es mucho menor.
En I Believe in Advertising he visto una campaña cuyo mensaje es éste, promocionar un canal de televisión en el que los espacios publicitarios son más cortos. Lo curioso es que para ello usa la publicidad gráfica.
El mensaje es muy original ya que reduce literalmente la publicidad utilizando elementos, marcas en este caso, fácilmente reconocibles por todos.
