En I believe in Advertising he visto una impactante acción desarrollada para la fundación australiana Chillhood con el objetivo comunicativo de concienciar de la importancia y del valor de los más pequeños, los cuales, en demasiados países y en demasiadas ocasiones, se sienten invisibles.
La publicidad desarrollada para ello es un enorme poster pegado a una pared pero con un elemento tan original como dramáticamente sorprendente, y es que tras él se puede ver cómo oculta a un niño.
Una forma increíble de fundir lo visual con el propio mensaje escrito.