Algo que todo buen publicitario ha de tener en cuenta son las creencias y culturas de la sociedad en la que se va a difundir el mensaje. A fin de cuentas, la publicidad no es más que un reflejo de ésta.
Una creencia social, por ejemplo, puede ser que determinados productos son afeminados y, por tanto, no pueden ser consumidores por hombres. Un ejemplo… un desodorante para hombres con axilas sensibles.
Pues nada más y nada menos éste es justamente el reto que Rexona planteó a sus creativos: «conseguir que hombres consuman un desodorante especial para aquellos que sufren de axilas sensibles». Y el resultado, en mi opinión, es todo un éxito.
Con tono de humor muestran iconos de hombres fuertes cuyas axilas son sensibles y necesitan adquirir este producto de Rexona. En resumen, el objetivo del mensaje no es otro que transmitir que no van a perder su «masculinidad» por utilizar este tipo de producto.
Lo único que se me plantea es una pequeña duda. Yo que soy mujer veo la gracia en el anuncio pero…¿los hombres también lo entienden así? ¿Realmente el spot logra convencerlos? Hombres del mundo, necesito vuestra opinión.
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