Ya lo contaron hace unos días nuestros compañeros de Opensex, por aquello de que el método tiene mucho de sexual, pero como se trata de marketing (un puntito especial, pero marketing al fin y al cabo) ahí vamos:
Por lo visto, los daneses tienden a saltarse los límites de velocidad con cierta facilidad. El gobierno correspondiente, en un intento que podríamos calificar casi de desesperado, ha decidido poner en las carreteras una serie de señales de velocidad que obliguen a los conductores a fijarse en ellas. La cosa está en que los discos metálicos, en vez de aguantarse grácilmente sobre sus respectivas barras metálicas, los sujetan señoritas de muy buen ver con los pechos al aire, lo que, claro, obliga al conductor a reducir la velocidad para no perder detalle.
De nuevo surgen varias preguntas:
Por ejemplo: ¿quedan los conductores femeninos heterosexuales y masculinos homosexuales discriminados por la campaña? ¿Es realmente efectiva la campaña? Quiero decir, queda claro que han conseguido una repercusiñon potente pero, teniendo en cuenta de que se trata de una campaña vial, ¿no será contraproducente distraer a los conductores? Y lo más importante: si sucediera algo así en España, ¿se montaría un buen pifostio social? A saber…
