En la mayoría de los centros históricos de nuestras ciudades existe una regulación municipal, sobre el tamaño y luminosidad de los rótulos de los establecimientos comerciales. Se trata de evitar que una señalización demasiado llamativa y antiestética, que desentone o robe protagonismo a la arquitectura tradicional del lugar.
Pero existe un lugar en el mundo, que se caracteriza porque los rótulos de los establecimientos son muy grandes, muy luminosos y muy llamativos. En este caso un rótulo convencional es lo que desentona con lo tradicional del lugar. Ese lugar es Times Square, en Nueva York.
Para hacerse una idea de lo planteado, basta con recordar una de las famosas imágenes de este lugar, que forman parte de la cultura universal contemporánea. Pero es cuando uno se fija en los detalles, cuando descubre hasta que punto llega esa fijación por mantener la uniformidad en la decoración urbana.
En uno de estos ejemplos, podemos observar un restaurante McDonalds, con la iluminación propia de la zona, en lugar de la tradicional de la compañía. Pero más sorprendente aún es la entrada al Metro de la ciudad que se encuentra en esta plaza. A pesar de tratarse de un establecimiento de titularidad pública, también se suma a este festival de excesos.