Cuando los accidentes sean historia

Es muy habitual en estas fechas navideñas escuchar y ver multitud de mensajes positivos relacionados con las fiestas, la familia, los amigos, la solidaridad, y así un largo etcétera.

Sin embargo, también tenemos que ser conscientes de la parte negativa que se traduce en fiesta, alcohol, viajes, cansancio, coches, carretera y, por desgracia, en otro largo etcétera.

Y ahí está la DGT (Dirección General de Tráfico), para recordarnos, como todos los años, que lo único que importa es que nosotros y los nuestros lleguemos al destino sanos y salvos (sí, por sorprendente que pueda parecer si lo pensamos friamente, por desgracia aún es necesario que nos recuerden lo importante y frágil que es la vida).

En esta ocasión, la DGT opta por imaginar que pasará dentro de unos años cuando toda su labor de concienciación haya dado sus frutos y los accidentes de coche no sean más que un mal recuerdo. En radio y televisión ya podemos escuchar su mensaje…

Igual que ahora descubrimos en ruinas la vida y costumbres de nuestros antepasados, la DGT se imagina un mundo en el que el número de víctimas por accidentes de coches (o lo que es lo mismo, irresponsabilidades al volante) sea totalmente nulo. Un mundo en el que sorprenda descubrir que por realizar una tontería al volante, como hablar por el móvil, una familia  entera dejaba de llegar a su destino para siempre.

En definitiva, una campaña con una fuerte carga emotiva que nos invita a hacer una profunda reflexión y a imaginarnos un fantástico mundo en el que no perderíamos a ningún ser querido en la carretera.

Un trabajo que, incluso en estas fechas de felicidad y alegría, es necesario recordar para evitar que se conviertan en fechas protagonizadas por el llanto y la pena. Y este post es mi pequeño granito de arena.