La campaña gráfica que he visto en I Believe in Advertising es toda una demostración de que es posible desarrollar un mensaje creativo independientemente del producto o servicio anunciado.
Para cualquiera de nosotros un exprimidor es una herramienta bastante rutinaria y, por tanto, a la que dificilmente le asociemos un mensaje publicitario atractivo y atrayente. Sin embargo, los creativos que dieron forma a esta publicidad sí lo consiguieron usando para ello el recurso del humor.
La pregunta que se plantearon es: ¿Cuál será el futuro de la fruta si no conseguimos que la gente compre el exprimidor?
Y estas son las respuestas…
… Una fresa que se convertirá en un preservativo de ese sabor frutal
… Un limón que cuyo futuro es ambientar los WC
Conclusión: cómprate este exprimidor a un precio estupendo y ayúdalos a convertirse en zumo.
Creo que se trata de un trabajo a calificar como muy bueno especialmente si tenemos en cuenta la dificultad «creativa» o «comunicativa» del propio producto a publicitar. En definitiva, toda una lección de que los límites únicamente existen si nosotros como profesionales nos los ponemos.