La verdad es que uno puede tener delante de sí un anuncio gráfico perfecto que acabe cargándose todas las expectativas de ventas según al mercado al que se le presenta. Aunque esto no es nuevo en marketing y las agencias de publicidad lo saben muy bien, hoy nosotros nos preguntamos que pasaría con el caso práctico de Fiat 500, porque se han presentado nada menos que al mercado de Francia con un made in Italy del que dudamos de su eficacia.
Evidentemente, gráficamente al anuncio poco le podemos criticar. Es toda una conjunción de estilo que los italianos han sabido vender muy bien a lo largo de los años y del cual Fiat ha tomado nota. Sin embargo, si los de la agencia de publicidad fueran franceses, no creo que hubieran apostado por un concepto tan nacional con el orgullo gabacho a flor de piel. Probablemente ese concepto en España se vendiese, al fin y al cabo casi todos los españoles sienten cierta atracción por el mundo italiano, pero Italia y Francia siempre han competido mutuamente y la publicidad de este Fiat 500 no hace más que aflorar ese sentimiento.
¿O sea que a mi, un francés orgulloso de mi bandera y mi lengua comprarme un Fiat 500 me va a hacerme sentir yo mismo al 500%? No gracias. Y adiós a la estrategia de marca. Vuelta a empezar de cero.