Hoy en nuestro blog de publicidad queremos hablar de un tema que está muy de actualidad, y aunque a los que les interese la política les recomiendo pasar por el blog político de nuestra casa, Foro Político, lo cierto es que hoy, desde otro punto de vista vamos a hablar de ello, porque con la marca España intentando levantarse, nos parece un buen momento para preguntarnos ¿Y si el gobierno de España fuese una marca?
En realidad lo es. Lógicamente no cómo pueden serlo entes comerciales como Coca-Cola o Apple, por poner dos grandes ejemplos, pero de otro modo, más asimilado con una organización, el gobierno de España, o de cualquier país del mundo es una marca que tiene toda una serie de estrategias a seguir para mantener una buena imagen de sí misma y conquistar «clientes» que en este caso son ciudadanos.
Resulta evidente que en tiempos como los que corren, la marca del gobierno de España está por los suelos, porque las críticas le llueven por todos los lados. Pero que esa marca esté por los suelos no depende tanto de las decisiones difíciles que hay que tomar, si no más bien del cómo se toman. Es decir, al igual que en el marketing comercial, no importa tanto el qué como el cómo, y este sentido en el marketing de organizaciones se duplica.
Y ¿qué habría que hacer para que esa marca del gobierno de España alcanzase una mejor perspectiva en su público? Pues son muchas las cosas que habría que mejorar, y esto daría casi para escribir un libro, pero está claro que la comunicación es una de ellas. Si grandes del mundo empresarial sufren crisis de comunicación con su público y tienen que echar atrás en decisiones importantes, lo mismo debería ocurrir con el marketing político. Eso, y por supuesto responder a las necesidades. Starckbuks nos responde a la necesidad de tomarnos un café diferente en un ambiente tranquilo, MacDonalds nos ofrece comida barata en restaurantes céntricos, Apple nos garantiza el mejor diseño de un gadget y el gobierno de España debería gobernar conforme a lo que piden los ciudadanos. ¿Parece simple, no? Pues ya ven que no lo es tanto…