La publicidad verde o ecológica es un atributo de marca que todos buscan. ¿Pero hasta que punto son de verdad ecológicas? Descubra todas las mentiras de la publicidad verde o ecológica, a través de este artículo que os presentamos en el que no se libran ni lo coches, ni el agua mineral, ni algunos inventos que pretendían sorprendernos y que al final se quedaron en solo palabras.
Las metiras de la publicidad verde: Fontvella ecológica
Lo que dice la OCU: Se trata de una publicidad engañosa pues da la impresión de que todo el material utilizado para el envasado proviene de fuentes recicladas cuando sólo es así parcialmente (25%). Un agua mineral no tiene muchos tratamientos, pero no puede utilizar el concepto ecológico como otros productos alimenticios y tiene un impacto ambiental grande. La opción más sostenible es beber agua del grifo: se ahorran recursos y se previene la generación de residuos. Si esta afirmación se utiliza porque han introducido un nuevo concepto (mediante el uso de materiales reciclados en los envases), puede inducir a error a los consumidores el que no haya ninguna especificación concreta sobre el etiquetado o la publicidad. La Comisión Española de Autocontrol emitió una resolución, donde este artículo fue denunciado por estas razones y también por el uso de otro reclamo ambiguo “40% más barata”. [Podéis leer un post de Eco Lab sobre la garrafa de FontVella]
Las metiras de la publicidad verde: Ecobola
Lo que dice la OCU: Como se cuenta en este otro vídeo, el test llevado a cabo por la OCU muestra que con la Ecobola se obtienen los mismos resultados en el lavado que si se utilizara simplemente agua. La eficacia de la Ecobola se explica perfectamente por la agitación de la ropa dentro del tambor de la lavadora y por la temperatura de lavado.
Las metiras de la publicidad verde: Renault Ecológico
Lo que dice la OCU: Los coches ecológicos no existen. Un producto sostenible tiene que ser capaz de demostrar que su impacto ambiental a lo largo de todo su ciclo de vida es aceptable y minimizado. Los coches no benefician al medio ambiente, únicamente puede que unos modelos dañen menos que otros. En términos de mercadotecnia, el menor daño se convierte en un beneficio y, por sí solo, es suficiente para que los publicistas conviertan al producto en una alternativa ecológica. Esta aproximación es inaceptable desde nuestro punto de vista. Los anuncios de coches no deberían utilizar referencias ecológicas, ni nombres o alegaciones como ‘eco’, ‘limpio’ o ‘verde’… (en Noruega, por ejemplo, está prohibido desde el 15 de octubre de 2007). Sin embargo, son muchos los automóviles que lo hacen, como el Renault Clio ECO2, el Seat León ECOmotive, el Opel Corsa ECOFlex, el Ford Focus ECOnetic… ¿Cómo puede denominarse ECOnetic un coche como el Ford Mondeo que emite 220 g/km de CO2 (la propuesta de límite europeo está en 120 g/km)?
Fuente | El País