5 segundos lo cambian todo en la publicidad: para bien o para mal

Probablemente más de una vez hayas oído que si no eres capaz de captar la atención del lector o de la audiencia en un momento, todo lo que hagas después será inútil. Y eso es una verdad como un tempo en el mundo de la publicidad, y si bien las matemáticas no se llevan demasiado bien con esta forma de comunicación persuasiva, casi todos coinciden que el tiempo máximo para convencer es el de 5 segundos.

Si en cinco segundos no eres capaz de hacer que el viandante se pare a fijarse en tu vaya, que se ponga a leer el mensaje que le has dejado en el anuncio gráfico, o se pregunte cómo terminará y quién habrá hecho ese spot, estás perdido. No importa el medio que hayas elegido para la campaña de publicidad, porque con todas las que hay, y la sobresaturación a la que está expuesta la audiencia de forma general, hace imposible que preste de por sí atención a todas, con lo que el factor sorpresa resulta clave para que seas alguien en sus vidas.

Channel

Podría ser un segundo. O podrían ser tres. De hecho el número cinco no es fruto de un gran estudio o de una compleja teoría de la comunicación, sino más bien de impresiones, de ideas, de lo que captamos en el otro. Y resulta que pese a que todo esto tenga poco de ciencia, funciona a la perfección, porque mientras los expertos no se ponen de acuerdo en cosas mucho más exactas con estudios por detrás avalándolas, resulta que no hay ninguna discusión sobre este tema. Cinco segundos es la meta. Cinco segundos es el reto. En cinco segundos, tu campaña puede ser un éxtio o un fracaso. Tic tac tic tac… el reloj ya se te escapo. Y has perdido.

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