En OpenAds les he ya contado muchas veces, a través de ejemplos de campañas que están actualmente todavía disponibles que cuando la publicidad se encasilla en un determinado sector, se pierde todo el impacto de llegar a la audiencia. Por ejemplo, el caso estrella es el de los perfumes, que al final solo saben vendernos sensualidad y romanticismo, como si no fuesen nada más que eso todos nos diesen lo mismo. Y si recuerdan bien, cuando analizamos la campaña de Perfumes Club, entonces nos dimos cuenta de que el cambio si funciona y apostar por otro tipo de publicidad, hace que sea original y que llama la atención a su audiencia.
Hoy les traemos una que yo considero una campaña gráficamente perfecta contra la violencia de género, precisamente porque rompe con todo lo que les he explicado anteriormente, y aunque hacer publicidad de la llamada social suele ser siempre más fácil que la de producto, la verdad es que en este caso han arriesgado, no se han conformado con lo de siempre, y que para mi gusto han triunfado. Porque gritos, moratones, y fotografías que demostraban lo complicado del problema de la violencia de género ya hemos visto muchas, pero ninguna campaña había apostado antes por mezclar el arte de la gráfica con un tema tan delicado.
Y ya ven, el que no arriesga no gana, y en este caso salen ganadores, porque llaman la atención, porque el copy es bueno y porque de seguro que hacemos más caso a un cartel como éste que al que tenemos más que visto. Aunque sea para advertirnos de un problema tan real como el de la violencia de género ¿no les parece?