Se dice que el olfato provoca el instinto más primario del hombre. Un olor puede evocarnos un recuerdo y provocarnos el deseo. Imagina que paseas tranquilamente llega hasta tí un delicioso olor a chocolate. ¿Quién no caería en la tentación?
M&M ha utilizado esta táctica y ha esparcido el aroma de su producto cerca de sus tiendas, provocando así el deseo en el viandante y, por tanto, la entrada al establecimiento.
Pero, no es la única marca que ha querido conquistar al público por el olfato. Pedigree ha colocado cerca de tiendas de mascotas y supermercados pegatinas con aroma a su comida de perros. Pepsi también se ha apuntado a esta tendencia para promocionar Pepsi Diet Jazz aromatizando con cereza negra y vainilla sus encartes en algunas revistas.
Creo que se trata de una táctica increiblemente interesante que abre nuevas posibilidades a la comunicación para aquellos productos cuyo aroma sea representativo, identificativo y poderoso para su posicionamiento.