Hoy vamos a volver a hablarles de cosas históricas en el mundo de los anuncios. Y quiero hacerlo partiendo del artículo en el que ayer les hablábamos de las principales diferencias entre la publicidad y la propaganda, porque precisamente de esto parte uno de los esloganes más famosos del mundo entero, que nació como verdadera propaganda de guerra y que a día de hoy se utiliza en muchos sitios con fines solamente comerciales.
Se trata del ya clásico Keep Calm and Carry On, que estos días hemos visto utilizar con fines políticos en el parlmento cuando desde ERC lo cambiaban por un Keep Calm and Speak Catalan ante la defensa del catalán en la educación. Pero hoy queremos hablarles de la historia que hay detrás del eslogan, el cuál de seguro no es la primera vez que ven, ni tampoco la primera vez que falta al texto original y que coloca otras palabras para anunciar cosas que nada tenían que ver con la II Guerra Mundial, que es cuando nace.
Este poster fue producido en 1939, al inicio de la II Guerra Mundial por el gobierno británico, y la intención era animar a sus tropas, a un ejército que estaba desmotivado por la llegada de los nazis que estaban prácticamente aniquilando todo a su paso. Precisamente por la finalidad para la que fue concebido, su popularidad fue muy limitada, pero fue redescubierto en el año 2000 y desde entonces nadie ha parado de sacarle provecho, tanto de una manera comercial como desde el ámbito de la propaganda política.
¿El porqué? Pues básciamente su sencillez, una tipografía que es capaz de llamar la atención, el símbolo de la reina y la buena combinación de colores a la hora de destacar el mensaje le han convertido en todo un mito. Lo dicho; Keep Calm and Carry On